Cuentan que Versalles, en sus comienzos era como un inmenso
campo, lleno de yuyos y gauchos matreros reunidos en sus taperas.
En ese campo había existido un osario donde ponían a los muertos que no tenían familias y se comentaba que de allí salían luces malignas.
Según Juan José de Soiza Reilly, la explicación de este misterio es que había unos cerdos, propiedad de un italiano del lugar, que al quedar sueltos durante la noche, se llevaban las velas a la boca e iluminaban el campo caminando con ese tipo de luces que, en la oscuridad, al no poder ser distinguidos por los del lugar, llenaban de susto y supersticiones a los habitantes.
En la actualidad, al hacer los cimientos de las nuevas construcciones, suelen encontrarse huesos y la leyenda crece… ¿hubo un osario para los muertos sin familia?, o ¿son huesos de animales?
Personalmente opino que es mejor dejar que nuestra imaginación complete los huecos q se presentan, sabemos que un simple análisis de esos huesos aclararían las dudas, pero prefiero seguir soñando, el ambiente de Versalles permite soñar, aprovechemos eso.