Vaya un agradecimiento profundo a Marta Pizzo, que me permitió publicar su poema:
VERSALLES
Y ya se va la noche, dejándote su manto de rocío.
Entre nubes rosadas despereza la aurora que te vuelve plateado,
bañándote en silencio con su luz primitiva.
El aire anda liviano, esbozando piruetas a su total antojo;
las danzarinas hojas desafían el juego con su coreografía.
Un viejo paraíso con médula quebrada, recibe a la calandria
quien da la bienvenida a la niña jornada.
Amanece en Versalles.
En Versalles que aún duerme, en Versalles que aún sueña...
Un sueño de pantuflas y de mate liviano,
de vecino en el patio hablando con sus plantas,
De vereda y escoba, de caras familiares, de asfalto y adoquines, de calles arboladas...
Un sueño que renueva, con cada primavera; de jardines coquetos
y pintadas las rejas.
Rejas de fin de siglo que aíslan a los hombres y los vuelven más tristes.
Es de día en Versalles.
Versalles que despierta en rugir de motores. Las persianas se trepan desde las casas bajas
y el sol baña las almas
y las horas que pasan...
Versalles que se inunda de risas y de lágrimas; de ideas, de esperanzas,
de fracasos, de magia, la magia de su gente...
El "Barrio", ¡casi nada!,
se va colmando de ojos, de gestos, de palabras,
Las idas y las vueltas, vidas entrelazadas...
Paseadores de perros, mujeres atareadas con las compras del día,
algún niño en la plaza...
El ritual de la Escuela, la savia cotidiana...
Personas que se esfuerzan, que luchan, que trabajan;
personas que te soplan la historia que ha de quedar grabada...
Versalles somos todos, desde el crío al abuelo,
tejiendo la esperanza de animar el camino que el destino nos marca.
Versalles es la escena que cada día aguarda.
Versalles, nuestro barrio... Versalles, nuestra casa.
Marta Pizzo
"Puerto Palabras", editado en 2006.
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